El donante es un ser humano generalmente anónimo, un héroe o heroína que suele pasar inadvertido ante la sociedad, pues no busca publicidad ni algún tipo de retribución económica. Una persona solidaria con sus semejantes que comprende que de este acto depende la calidad de vida y hasta la vida misma de un paciente.
Los elementos culturales como la concepción teológica abordan la relación existente entre la vida y la sangre que constituye el trasfondo de las prohibiciones de la biblia respecto al tema de la sangre.
Según el abogado y teólogo Marcelo Miranda “la donación de sangre y trasplante de órganos es un acto de caridad y ayuda en la mayoría de las religiones pero dentro del campo de los testigos de Jehová y en alguna medida el islam es prohibido… que hay que hacer cuando nos encontramos con estas personas tratarlos con respeto y tolerancia, y los profesionales en salud deben decirles todas las alternativas con caridad y amor para intentar cambiar su forma de pensar”
La biblia no habla en ninguna parte de la transfusión de la sangre y no podrían hacerlo, debido a que en tiempos antiguos no se daba este recurso médico. En este texto no se prohíbe las transfusiones de sangre, la donación de sangre como la donación de órganos para trasplantes, son actos de humanidad y de caridad cristiana.
El progreso del sistema sanitario depende de los avances científicos, pero también resulta fundamental contar con un banco de sangre, que pueda cubrir con las necesidades de la población. Lamentablemente hoy los bancos de sangre no gozan de un gran flujo de donantes voluntarios, ya que muchas personas se abstienen de donar por mitos culturales alrededor del procedimiento.
Para la Doctora María del Carmen García especialista en hematología y medicina transfusional, directora ejecutiva del homocentro CRR y coordinadora del programa nacional de sangre del ministerio de salud, “el pragmatismo la sangre no se fabrica es la vida que Dios nos dio… necesitamos esa materia prima exhortó a mantener viva este acto de solidaridad a valorar este detalle altruista, porque quién sabe si algún día somos nosotros los necesitados de una transfusión. Finalmente, animo a la población a los jóvenes, educadores y representantes sociales a trabajar más para destacar valores culturales de generosidad y solidaridad de extender ese brazo y la vida ya que es el fundamento de la raza aymara”.
La decisión de donar sangre puede salvar una vida, o incluso varias si la sangre se separa por componentes glóbulos rojos, plaquetas y plasma, que pueden ser utilizados individualmente para pacientes con enfermedades específicas. Esta es una necesidad para instalar en el corazón de la gente, especialmente en el corazón de los niños y jóvenes un genuino sentido de amor fraterno, una decisión de hacerse donante de sangre, donante de vida.
Fuente: La UMSA Contra el Cáncer
J.Q.S.