La donación de sangre es un hecho social que se desprende de una cultura que hasta el día de hoy está catalogada como un tabú, en el que inciden todo tipo convicciones religiosas, solidarias, de contraprestación y relaciones económicas, instrumentalizadas por un sistema sanitario, que en la actualidad.
El intercambio de donar sangre encadena tres obligaciones, la de donar, la de recibir y la de devolver, los donantes de sangre son los guardianes de las esencias de lo que supone vivir en comunidad amparados por un vínculo de sangre.
El estudio teológico del contexto de la donación da unos elementos de análisis difíciles de encontrar mediante otras disciplinas, ya que la donación no es un hecho genérico capaz de universalizarse, es necesario, a mi entender, estudiarlo en su cotidianidad y desde las particularidades de sus interacciones.
La sangre es el regalo más valioso que podemos ofrecer a otra persona: el regalo de la vida. La decisión de donar sangre puede salvar una vida, o incluso varias si la sangre se separa por componentes glóbulos rojos, plaquetas y plasma, que pueden ser utilizados individualmente para pacientes con enfermedades específicas.
Fuente: La UMSA Contra el Cáncer
J.Q.S.